viernes, 23 de febrero de 2018

GEOLOGÍA EN EL CINE: GeoStorm

En Ekobideak hemos pensando escribir varias secciones semanales en las que contemplar la geología desde otras perspectivas: cine, efemérides, aplicaciones y un gran abanico de temáticas que se darán cita en nuestro blog.

Hoy vamos a comenzar hablando de cine. Cine relativo a la geología y a las y los geólogos. Por no repetirnos, y dado que ya salió hace años un artículo en la revista Tierra y Tecnología, cuyo enlace os dejamos por aquí, vamos a hacer una pequeña revisión de lo sucedido estos últimos 5 años.

Me gustaría comenzar, como no, por la película GeoStorm. La más reciente y terrorífica versión de la destrucción global de nuestro amado planeta. No entraremos a discutir en las razones de porqué ha sido un fracaso de taquilla, pero quiero pensar que la cuestión científica, climática  y geológica son razones más que suficientes. Na, todos sabemos que su fracaso se debe a múltiples retrasos en el estreno, una mala elección del elenco y que la propuesta es una auténtica locura. Una mala película en general vaya.
El Burt Khalifa de Dubai. 836 metros. A 3,34 km de la costa. Por encima, la cresta de una ola. 
Se veía de lejos el absurdo de la propuesta. En esta ocasión tenemos a nuestro "espartano" habitual, amado Gerard Butler, haciendo de ingeniero experto en la creación de satélites, que casualmente tambiñen debe conocer bastante sobre climatología, más que nada debido a sus comentarios a lo largo de la película. El caso es que aqui se enfrenta a un nuevo desastre climático, en esta ocasión creado por el hombre. Porque claro: el ser humano no sólo se conforma con alterar el clima de forma directa mediante actividades industriales, vertidos en aguas y mares, contaminación de vehículos, etc., sino que era necesario crear una herramienta satélite para alterar el clima atmosférico. Claro que todo empieza con una "buena", como es prevenir los desastres naturales más importantes. Pero claro, no todo puede funcionar bien con las máquinas y ahí aparecen los ingenieros. Y no, no los de Prometheus precisamente (de los cuales hablaremos en otra ocasión). No se puede ser más cliché. La idea es así de loca, pero en principio, dentro de sci-fi, encajaría bien.

Ahora bien, obviamente ninguna herramienta de control atmosférico puede crear una serie de erupciones volcánicas, ni mucho menos consecuencias de movimientos de placas tectónicas, como son los terremotos. Todos estos eventos de índole geológica, parecen obviarlos a lo largo de la película, queriendo vender al espectador que una máquina podría realmente alterar todas la condiciones de nuestro planeta. En cierto comic de Mortadelo y Filemón, un villano de turno ciertamente creaba una serie de herramientas para producir tsunamis, terremotos, tornados y más etc. Pero claro, era el gran humor de Ibañez. Esto trataba de ser una propuesta seria. O lo mismo era una herramienta con poderes sobre el total de la naturaleza de nuestro planeta, quién sabe.

El leit-motiv de la película claro, es terminar con la máquina en cuestion o al menos reconfigurarla. Porque algo que ha salido mal no va a volver a salir mal nunca más. El mal acondicionamiento de la tecnología es lo que trae. Y de hecho parece que al final de la película nos lo quieren vender, pero esperamos no volver a ver nunca nada parecido a esta abominación de film, en el que una vez más podemos sacar muchas y variopintas conclusiones:

  • una vez más se confunden los términos clima-tiempo
  • es sencillo producir terremotos y tsunamis
  • nunca había sido tan fácil elevar masas volcánicas
  • las superficies congeladas, aunque estén en medio del desierto (clima cálido), pueden durar meses
  • los ingenieros son necesarios para absolutamente todo
  • geólogos no tienen nada que opinar sobre alteración climática (aunque sea en EEUU, cuyo lobby de geólogos es bastante fuerte) y una vez más no son ni siquiera eje secundario

Y entendemos que por hoy es suficiente. En próximas entregas comentaremos sobre el geólogo porrero de Prometheus, el cual se pierde en unas instalaciones, cuando previamente él mismo se había encargado de mapear la zona; las olas de The Wave; las condiciones de crecimiento vegetal de la película-comedia Marte; y los híbridos de Jurassic World y la futura Jurassic World: El Reino Caido.